La única estrella que calienta a este planeta y a sus habitantes comienza a vislumbrarse tras las colinas. Un espécimen nuevo se acerca a la jaula de los gorilas. Su estructura es muy similar a la de sus presas, pero este animal se encuentra libre y tiene capacidad para alimentar a sus prisioneros. Camina más erguido, aunque cojea ligeramente de su extremidad inferior izquierda. Emite extraños gases tóxicos y precisa de alguna droga alcohólica para sobrevivir. Otro individuo hembra surge por una puerta lateral: no emite gases ni precisa de alcohol. Conclusión: se observan diferencias tóxicas notables entre individuos de la misma especie y diferente sexo.
A medida que amanece, las zonas cercanas a la pequeña isla naturalizada, rodeada de curiosas construcciones pétreas de índole artificial, comienzan a hacerse más ruidosas. Las máquinas, conducidas por especímenes ansiosos y agresivos, proliferan por todas partes. El parque es invadido por pequeñas criaturas, posiblemente las crías de los ejemplares reinantes. Arman mucho ruido, apenas tienen control sobre sus actos y nadie actúa como elemento represor. Tan siquiera se observa interés por parte de los especímenes adultos acompañantes en reducir su nivel de ruido, ni en regular o amortiguar los peligrosos movimientos descontrolados de las crías. Debo corregir la conclusión anterior: tanto los machos como las hembras de esta especie animal pueden llegar a precisar sustancias tóxicas inhaladas o succionadas; aunque otros sujetos adultos, de ambos sexos, carecen de esa dependencia y no emiten ningún tipo de compuesto contaminante. En algunos casos se utilizan sustancias alcohólicas de composición variable en uso externo, a modo de aroma floral, aunque eso no es constante ya que de otros organismos afloran fluidos no computados e intensos aromas corporales, especialmente de algunos sujetos que visten indumentarias cortas. Aparentemente corren en busca de algo y dan vueltas y más vueltas alrededor de una misma zona acotada, sin sentido, sin alcanzar nunca nada y siempre en la misma dirección. Tras un período variable de repetición cíclica, toman consciencia de su situación, descansan, miran al cielo, suspiran y recuperan su vida normal, regresando al mundo abierto como sujetos normalizados. Deberé estudiar con más detalle esas costumbres y diferencias dentro de la misma especie, así como su relación con la posición, situación y el liderazgo social. ¡Atención! Observo un nuevo tipo de espécimen: externamente es similar al sexo hembra, pero internamente su constitución es propia del sexo macho, posiblemente se trate de un tercer sexo, aunque minoritario. Deberé analizar si estos especímenes pasan por los distintos estadios sexuales a través de su vida, como el último mamífero mencionado, si se establece la diferenciación en edades tempranas o descartar una posible caracterización sexual embrionaria.
De todas formas, todos los sujetos observados, se caracterizan por ser animales mamíferos, con tendencia gregaria, vida social en grandes grupos aunque con poca relación comunicativa, vello poco abundante salvo excepciones, relaciones sexuales independientes de las épocas de celo, agrado por sustancias tóxicas pendientes de analizar, excesiva permisividad hacia sus crías, y lenguaje muy complejo y perfectamente estructurado. Se observan diferencias significativas en sus lenguajes, no solo por sus distintas pronunciaciones y entonaciones, sino por la existencia de un léxico muy rico y variado, con elevadas posibilidades de diversificación y desarrollo. Podrían coexistir centenares de idiomas en este planeta, perfectamente estructurados y en continua evolución: sin duda, esta debe de ser la especie dominante, con una inteligencia notable. Tan solo utilizan un cinco por ciento de su masa cerebral, de promedio, calculado sobre los sujetos analizados aleatoriamente, según se desprende de las emisiones de los neurotransmisores de sus encéfalos primitivos, mensurados según el sistema Aura-10 y con un margen de error de más menos uno por ciento.
Procedo a la elección del organismo dominante para mi duplicación orgánica. Especie seleccionada: humana. Sexo escogido: hembra. Edad, en parámetros del planeta receptor: 27 años. Lenguaje: pendiente de aprendizaje hasta la primera implosión estándar. Tiempo previsto de captación y asimilación de lenguaje primario: 24 horas. Indumentaria: imposible de replicar por lo que decido proceder a su sustracción. Sujeto escogido para duplicación y extracción de atuendo: hembra-1, cuidadora de gorilas.
Cuando la hembra-1 se dirige a un edificio anexo, entro detrás de ella y le hago perder el conocimiento mediante maniobra primitiva con presión regulada sobre arterias estándar de irrigación cerebral. Tiempo de replicación orgánica: 5 minutos terrestres. Sustracción de ropa y colocación: 5 minutos. Rectificación: colocación de indumentaria compleja, duración real: 20 minutos. Abandono la zona de duplicación antes de que el espécimen clonado despierte nuevamente.
Salgo del recinto haciendo caso omiso de los gritos de un espécimen macho vestido como yo. Debo huir corriendo porque el sujeto me sigue a toda prisa. No cesa de chillar. Está muy irritado y presenta signos de extrañeza. Se oyen los gritos de la hembra-1, posiblemente por la pérdida traumática de su indumentaria.
He conseguido despistar al sujeto perseguidor y me adentro en un ruido ensordecedor. Máquinas arrítmicas circulando a toda velocidad conducidas por sujetos silenciosos. Miles de individuos caminan por zonas diferenciadas de las máquinas. También circulan a toda velocidad y, en ocasiones, cuando una luz roja se convierte en verde, invaden el área reservada para las máquinas. Conclusión: los humanos son más silenciosos que las máquinas a las que deben dominar ya que interfieren en su hábitat, a pesar de que los humanos inferiores que habitan esos vehículos de transporte se quejen profiriendo potentes alaridos. Los humanos obedecen a otros sujetos que manipulan las luces rojas y verdes. Sin duda estos humanos están jerarquizados y los que tienen mayor poder los controlan con las luces de colores.