Voces del silencio

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Apenas concedemos importancia al silencio cotidiano, al que nos acompaña la mayor parte de nuestras vidas.

Desde el feto que se defiende con pataleos cuando siente miedo ante alguien que oprime su mágica guarida; o desde las secretas voces e imágenes que ocupan el tiempo y la vida del recién nacido hasta las fantasías oní­ricas de los adultos que dan rienda suelta a tantos anhelos y temores.

Las voces silen­ciosas de los celos amargos, los remordimientos, los presagios, las intuiciones, los deseos más recónditos. Ese amanecer depresivo sin sentido o la alegría sin motivo; el miedo a fracasar y las expectativas de éxito. Cuando la chispa se rompe en la pare­ja o nos arrolla un nuevo amor. El hijo que se aleja en silencio. Las alucinaciones en la locura, con sonidos más allá de la realidad. Las palabras que azuzan al asesino a cometer su delito; y muy especialmente ciertas voces del silencio que convierten a un ser perfectamente normal en un asesino implacable sin capacidad para evitarlo ni para comprender qué le sucede o por qué comete su crimen.

 ¿Cómo es posible que personas distintas, en lugares diferentes y con personalidades tan dispares, sin cono­cerse absolutamente de nada, lleguen a cometer crímenes similares?

Cada día asisti­mos en los medios de comunicación a asesinatos múltiples aparentemente absurdos, incluso con víctimas y verdugos en edad infantil o en las últimas primaveras de su vida.

¿Hay algo en común detrás de esas muertes, de sus homicidas surgidos del anonimato y de sus frecuentes suicidios?

El joven psiquiatra Sebastián Parera nunca pudo imaginarse que, detrás del silencio, convivieran tal cúmulo  de voces aparentemente inexistentes. Con algunas de ellas lidiaba cada día, con mayor o menor éxito, al tratar a sus pacientes; pero descubrió otras más de entre todas aquellas que antes desconocía , voces escondidas tras el silencio, voces acechantes que pondrían en peligro su vida y la de sus seres más queridos.

Voces del silencio

Apenas concedemos importancia al silencio cotidiano, al que nos acompaña la mayor parte de nuestras vidas.

UNA NUEVA NORMALIDAD

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RIZAR EL RIZO

Hace seis días que Manolo aprovechó la visita que su esposa, Carmen, realizaba a su madre, que se encontraba recluida en la residencia de ancianos, a la que acudía dos veces por semana, para montarse la fiesta en su casa junto a su amante, Clarisa. Los hijos del matrimonio por fin habían regresado a la escuela y les dejaban una tarde libre para avivar su desenfrenada pasión.

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COVID-19

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Desescalamiento

Cada vez hay más voces que hablan de desescalar más ampliamente y a mayor velocidad. Incluso algunos irresponsables dan por seguro que solo los mayores corren un claro peligro. Si bien es cierto con la cepa o cepas actuales del coronavirus que nos afecta, también lo es que dicha realidad estadística está dando alas a la población más joven para arriesgarse a no cumplir las normas, exponer excesivamente a los más pequeños, celebrar reuniones y botellones… Sin duda una muestra patente de inconsciencia y falta de solidaridad que, en ocasiones, termina en propuestas de apartar, con el eufemismo de proteger, a los mayores para que los demás puedan vivir libremente.

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CORONAVIRUS

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TERMÓMETRO EN RISTRE

A partir del inicio del desescalamiento todo el mundo parece dispuesto a ir con un termómetro en ristre y tomarnos la temperatura antes de entrar a cualquier lugar. Me parece bien, por supuesto. Pero sabemos que la mayoría de contagiados no presentan síntomas o son muy leves y, consecuentemente, muchos no presentan fiebre, ya sean niños, jóvenes o adultos, a pesar de que son contagiadores durante 5 o 6 días. En conclusión: que nos tomen la temperatura no asegura que no podamos contagiar o ser contagiados: la protección debe extremarse siempre que estemos cerca de otras personas fuera de nuestros hogares.

EL ORIGEN DE LOS VIRUS SAR-CoV-2 COVID-19

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SAR-CoV-2
SAR-CoV-2

Nuestras visitas al planeta Tierra se llevan produciendo desde hace unos 2 millones de años, cuando nuestros sistemas de navegación nos permitieron atravesar diversas galaxias a velocidades de teletransportación que nos permitían regresar a nuestros hogares en tiempos cortos que no ponían en peligro nuestra salud, no suponían un envejecimiento celular ni obstaculizaban nuestra vida familiar y social.

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